sábado, 10 de marzo de 2012

19.




Ayer un amigo me confesó que se había portado mal. A propósito de un proyecto de investigación en internet, se creó un alter ego y empezó a generar contenidos haciéndose pasar por una mujer. La idea de su travestismo era hacer que, a través de un falso diario, otra gente se enganchara a él. Necesitamos de las vidas de otros para darle sentido a las nuestras. Es una necesidad de ficción que por una parte nos dice que no estamos solos, y por otra que somos únicos. Necesitamos creer que hay gente mejor que nosotros, pero que están a nuestro alcance. No es muy diferente a lo que lleva haciendo el arte a lo largo de la Historia. El cine, la literatura, el teatro se nutren de eso. Están para tranquilizarnos, para asegurarnos que todas podemos ser Olivia Newton John, Lady MacBeth o Jackie Kennedy; nos dicen que estamos muy cerca y también muy lejos, y eso le da un poco de sentido a nuestras vidas. También tiene mucho que ver con todo el boom de la telerrealidad de hace unos años; despojando al concepto de cualquier clase de glamour, sustituyéndolo por pornografía.
Mi amigo intenta llevarlo, de una forma pequeña, a Internet, donde el anonimato nos convierte a todas en Cyrano de Bergerac. Y lo ha hecho con la mala pata (¿o mala idea?) de que un amigo suyo se ha enamorado de él/ella. Le encontró por casualidad, se enganchó, y en seguida le empezó a escribir. Primero de una forma casual, después con un flirteo más o menos sutil. Quién no ha utilizado la seguridad de la red para hacer algún comentario en un blog que no habría hecho nunca en persona, o para soltar algún piropo sólo por el morbo de flirtear. En Internet todo es posible, igual que todo es imposible. Me dice que al principio le hacía gracia y que no daba crédito; que tu colega te esté tirando los trastos, aunque en realidad no sea a ti, es raro. Luego, después de darle un poco de cancha, se sintió fatal. Decía que en el fondo le estaba decepcionando. A mí la idea me pareció brillante. Crear algo desde un anonimato tan puro que nadie sepa quién eres, y que hasta tu propia madre se pueda llegar a enamorar de ti, tiene muy mala leche, pero a la vez es genial. Todos vivimos expectativas que nunca se cumplen, y construimos nuestras vidas sobre unos cimientos que son falsos; creemos en cosas que sabemos que son mentira, pero nos ayudan a levantarnos por la mañana, a soportar las ocho horas de oficina rodeados de imbéciles, y luego volver a casa a la soledad de la espera del día siguiente. La mentira para salvar vidas; el mentiroso convertido en filántropo.
Y a la vez me dio muchísimo miedo. ¿Y si todos los avatares de internet son falsos? ¿Y si nos pasamos hablando con gente imaginaria, como cuando éramos niños, horas y horas de nuestros días? ¿Y si yo también soy mentira?

6 comentarios:

  1. La mentira para salvar vidas.
    Genial.

    ResponderEliminar
  2. Que bonito lo que le ha pasado a tu amigo. Es super romántico enamorarse de una quimera. Es lo que nos suele pasar con los artistas, cantantes, actores. Nos creemos que les conocemos a través de sus obras. La única diferencia es que ahora con el interné se establece un diálogo. Me pasa a mi con Ryan Gosling, sin ir más lejos. Yo también me he enamorado de él en Drive, y en Los Idus de Marzo, y en Crazy, stupid, love.... La diferencia es que aún estoy esperando que me conteste.

    ResponderEliminar
  3. Inés! Me he abierto un blog! se llama Los Famenquines de Córdoba, ya sabes por qué: http://losflamenquinesdecordoba.blogspot.com/
    Me has dado envidia con el tuyo que es tan bonito ... Tan bonito que hasta da cosa escribir mal aunque sea en los comentarios, ya me cuidaré de no soltar tacos por aquí. Porque seré malhablada, sí, pero educada también soy un rato.
    Espero que te guste.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo has hecho! Pensé que sería una de esas cosas que siempre dices que vas a hacer y al final nada, me alegro! Hay que romper algunos hábitos.
      Bienvenida Elenita.

      Besos

      X

      Eliminar
  4. Internet es tan genial en la creación de espacios compartidos que acabamos creyendonos su propia ficción. Cuando lees un libro -novela- siempre ficcionas sobre los personajes y sus circunstancias. Y eso pertenece a tu intimidad. En el mundo internet sabes que la intimidad no existe porque se crea y destruye a voluntad. Eso lo hace un medio vivo y dinámico. Pero yo prefiero leer un buen libro . Nadie podrá arrebatarme su recuerdo.

    ResponderEliminar