viernes, 7 de diciembre de 2012

50.

"Nadie supo nunca qué hacer con su vida. Por eso, en una ciudad, existen tantas posibilidades para poder concretar una vida. Y por eso, porque en una ciudad hay tantas posibilidades para concretar un vida, nadie supo nunca qué hacer con su vida. Desastres que resultan casi imperceptibles por su carácter cotidiano."

La semana pasada fui al teatro. Voy poco, lo reconozco, porque a veces me da pereza. Soy culpable. Pero me gusta, lo juro. Unos amigos, que de hecho se dedican al teatro, me animaron a ir a ver una obra. ‘Sabes que nosotros nunca recomendamos nada. Así que esta la tienes que ver.’ Quizá fuera porque el director y dramaturgo es uno de los actores de su próxima obra. Ese es otro tema. Ya hablaré de ello en otro momento.


‘Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke’ es la última obra de El Conde de Torrefiel una compañía de Barcelona. El título de la obra no se puede leer sin una sonrisa, que es como hay que ver esta obra. Una sonrisa de esas que luego te acabas tragando, o no sabes muy bien si deberías borrar de tu cara o bien transformarla por fin en una carcajada. Me gustó porque habla de las miserias cotidianas, de las pequeñas tragedias del día a día. Pero no lo hace desde el llanto, sino desde la risa y el absurdo. Ataca el problema como lo hacemos nosotros: bailando, descojonándonos, ignorándolo. Me reí, me impactó y me dejó huella, porque debajo de todo el delirio escénico hay un poso espeso de verdad y amargura que me llegó muy adentro.

Si estáis en Madrid os recomiendo ir este fin de semana. Estará hasta el domingo en el Teatro Pradillo a las 21h.
Id. Disfrutadla.


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