martes, 27 de noviembre de 2012

48. Anatomía del tedio

Hoy Le Complot cumple su primer año. Al echar la vista atrás, no termino de creerme que haya llegado hasta aquí. Releo aquellas primeras publicaciones y recuerdo que nunca dejó de parecerme un poco ridículo empezar a escribir en Internet, a volcar mis palabras y mis fotomontajes en algo tan intangible, y a la vez con tanto peso; quizá porque nunca creí que a nadie pudiera interesarle mi vida. También es cierto que apenas cuento nada de ella. Es muy extraña la idea de que gente que no conozco, que seguramente nunca vaya a conocer, encuentre este espacio íntimo, se pare y le dedique unos minutos de su tiempo. Que le guste o lo deteste, que me regale algunas palabras. Puede que, al fin y al cabo, no esté tan equivocada cuando digo, como ya he dicho por aquí, que necesitamos las vidas de los demás para dar sentido a la nuestra. Necesitamos saber que siempre hay alguien al otro lado, aunque nunca le veamos, aunque en el fondo sea mentira. A lo mejor es verdad que nuestra realidad se alimenta de ficción para que levantarnos cada mañana sea un poco menos difícil. Lo que no me imaginé es que yo pudiera ser ese alguien al otro lado.





Llevo un tiempo intentando terminar un proyecto en papel, para probar un formato distinto al blog. He tardado más de lo que imaginaba cuando se me ocurrió, porque no he tenido tiempo, o porque soy una vaga sin perdón, y llega justo a tiempo para celebrar el cumple del blog. Por fin tengo listo ‘Anatomía del tedio’ el primer fanzine de Le Complot. Es pequeñito, para que se pueda llevar en el bolsillo, y es una colección de pequeños fotomontajes y algún texto. Hablan de la soledad, de la infancia, de la ausencia, del deseo. De lo de siempre, vaya, pero en formato take away. Es completamente autoproducido, así que la primera tirada es muy corta; aún así, procuraré ir haciendo más copias poco a poco. Mi intención es dejarlo en sitios que me gusten; en un bar, en una galería, en un banco en la calle, y también regalar copias a amigos y, por qué no, a desconocidos.