Llego pronto a una cita en el Retiro y me siento en un banco a esperar. Me gustar esperar aquí, se está tranquilo. Hace calor y el aire que corre me adormece un poco. Mueve las hojas y me acaricia el pelo. Escucho la gravilla bajo las zapatillas de alguien que corre, la risa de un niño que no veo. Un pájaro. El estanque. Se está bien. Espero que llegue tarde y pueda quedarme aquí un rato más, sola. Cuando corro la mano por el banco, a mi lado, noto algo: alguien se ha dejado un libro. Es viejo, de bolsillo. Una novelita de aventuras, a 25 pesetas, con una portada que me imagino fue a todo color y ahora ya está gastada. Al abrirlo veo que alguien ha escrito en la primera página, bajo el título del libro, 'Me encantaría conocerte.' Después de un segundo de duda no puedo evitar reírme y pensar que no se puede ser más cursi. Aún así miro a mi alrededor, pero sigo sola. Siempre me ha hecho gracia la gente que intenta ligar con un libro en la mano, pero así no lo había visto nunca. Miro las palabras otra vez y me sumerjo en ellas. Por la caligrafía me imagino que es una persona mayor -esa forma de unir las letras, que se ladean hacia la derecha, y el trazo errático de alguien a quien le tiembla el pulso-. No hay un nombre, ni un número, ni una dirección de contacto, y ahora sonrío otra vez. Me imagino al anciano en su casa, tratando a su vez de imaginar quién ha cogido el libro. O sea, en mí. Seguro que ahora sonríe porque sabe que esa persona, yo, estará intrigada ahora mismo, quizá hasta se haya dado la vuelta para asegurarse de que no hay nadie espiando. El anciano disfruta su siesta porque su broma ha funcionado. El mensaje cursi no es más que un chiste y ahora él es un poco más feliz y yo he pasado el rato.
lunes, 27 de agosto de 2012
40.
Llego pronto a una cita en el Retiro y me siento en un banco a esperar. Me gustar esperar aquí, se está tranquilo. Hace calor y el aire que corre me adormece un poco. Mueve las hojas y me acaricia el pelo. Escucho la gravilla bajo las zapatillas de alguien que corre, la risa de un niño que no veo. Un pájaro. El estanque. Se está bien. Espero que llegue tarde y pueda quedarme aquí un rato más, sola. Cuando corro la mano por el banco, a mi lado, noto algo: alguien se ha dejado un libro. Es viejo, de bolsillo. Una novelita de aventuras, a 25 pesetas, con una portada que me imagino fue a todo color y ahora ya está gastada. Al abrirlo veo que alguien ha escrito en la primera página, bajo el título del libro, 'Me encantaría conocerte.' Después de un segundo de duda no puedo evitar reírme y pensar que no se puede ser más cursi. Aún así miro a mi alrededor, pero sigo sola. Siempre me ha hecho gracia la gente que intenta ligar con un libro en la mano, pero así no lo había visto nunca. Miro las palabras otra vez y me sumerjo en ellas. Por la caligrafía me imagino que es una persona mayor -esa forma de unir las letras, que se ladean hacia la derecha, y el trazo errático de alguien a quien le tiembla el pulso-. No hay un nombre, ni un número, ni una dirección de contacto, y ahora sonrío otra vez. Me imagino al anciano en su casa, tratando a su vez de imaginar quién ha cogido el libro. O sea, en mí. Seguro que ahora sonríe porque sabe que esa persona, yo, estará intrigada ahora mismo, quizá hasta se haya dado la vuelta para asegurarse de que no hay nadie espiando. El anciano disfruta su siesta porque su broma ha funcionado. El mensaje cursi no es más que un chiste y ahora él es un poco más feliz y yo he pasado el rato.
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Pero qué poco romántica eres...¿Y no puede ser que el mismo anciano que ves disfrutando de la siesta, se lo dejara a su enamorada, con la que después se casó? Y ahora, el viudo, se lleva su libro al Retiro para que le acompañe en sus paseos solitarios, mientras la echa de menos. Y el pobre habrá olvidado su tesoro en ese (tu) banco y se sentirá perdido....
ResponderEliminar¿Para cuando una historia de amor, Inés? ¿O es que no crees en el amor?
Volga, siempre dices que no soy romántica, pero yo creo que esta anécdota lo es. En el caso de que el anciano le dejara el libro a su enamorada, él seguirá pensando en ella mientras yo pienso que alguien piensa en mí.
Eliminar¡Eso siempre es romántico!
¿Acaso tú no deseas que te piensen?
Una historia de amor no tiene que llevar la palabra 'amor' para que lo sea. En el fondo siempre hablamos de lo mismo.
A mí me encanta que pueda ser el anciano que la deje. El amor puede ser de muchos tipos y a veces el no romántico puede ser el más grande. El libro con mensaje cursi me ha recordado al piano de Once, a ese amor que da sin esperar a recibir y que tan poco se ve ya por aquí. Quizá deberías seguir la cadena y regalarle otra sonrisa en forma de libro misterioso a alguien;)
ResponderEliminarFeliz de reencontrarte con el campamento listo y la fobia a la ofi superada! un besote!